Junts utiliza a Sánchez para hacer oposición a Illa
Los 'posconvergentes' han concentrado parte de la actualidad política esta semana gracias a un acuerdo alcanzado con el Gobierno para apoyar su decreto antiaranceles.
Junts lo define como un pacto imprescindible para Catalunya porque asegurará para las empresas catalanas alrededor de un 25% de los 14.100 millones que movilizará el Ejecutivo. Los de Puigdemont y Nogueras deslizan que hacen en el Congreso el trabajo que debería hacer Illa.

Madrid-
Junts per Catalunya dio la sorpresa este martes cuando, a las 13:30 horas, citó a los medios de comunicación en el patio del Congreso de los Diputados. Iban a informar acerca de un acuerdo alcanzado con el Gobierno sobre el decreto aprobado el mismo martes en Consejo de Ministros para proteger a las empresas españolas de la andanada arancelaria de Donald Trump. Es un pacto del que nadie tenía noticia hasta que lo detalló el diputado posconvergente Josep Maria Cruset.
En concreto, dijo que dicho acuerdo "pasa por que la movilización de los 14.100 millones de euros que se desencadenará con el decreto se haga en base al peso de las exportaciones a los Estados Unidos de Catalunya". Y continuó: "Eso quiere decir que se movilizarán alrededor de 3.000 millones de euros —Catalunya representa el 25% de las exportaciones del Estado a Estados Unidos— a favor de las empresas catalanas".
También explicó que el acuerdo incluye el compromiso por parte del Gobierno de transferir trimestralmente información por escrito al Congreso del traspaso de las partidas correspondientes y que, además, el ministro de Economía tendrá que comparecer en comisión igualmente cada tres meses.
A partir de ese punto, tanto el propio Cruset en público, como fuentes de los posconvergentes en privado se dedicaron a lanzar dardos al president de la Generalitat, Salvador Illa. "Una vez más", aseveró el diputado, "se acredita esta defensa de nuestro país; la defensa de que sea para Catalunya aquello que es de Catalunya y, por lo tanto, hacemos una vez más el trabajo que no hace el Govern de la Generalitat de Catalunya, que se limita a hacer de sucursal del Gobierno del Estado en nuestro país".
Es habitual el mensaje, pero no tanto la contundencia. Junts trata de trasladar continuamente que el PSC no lucha por los intereses de Catalunya y que, por lo tanto, tienen que hacerlo ellos. Se trata, en todo caso, de una línea estratégica de los posconvergentes que no se circunscribe a la crítica al PSC. También atacaban a Pere Aragonès (ERC) cuando presidía la Generalitat. Le acusaban de pactar a cambio de nada.
Fuentes del Gobierno, por su parte, dejaban caer a finales de semana que "a Junts no le interesa que en Catalunya se perciba que contribuyen a la estabilidad de España", sino de que cualquier acuerdo que firman tiene una especie de 'cláusula Catalunya'. Pero fuentes de Economía se afanaron en explicar que el compromiso adquirido con los de Carles Puigdemont no implica ningún tipo de privilegio o beneficio para Catalunya con respecto al resto de autonomías, sino que simplemente pone negro sobre blanco en el decreto que la movilización de esos 14.100 millones de euros se hará de acuerdo al volumen de las exportaciones a Estados Unidos de las empresas.
Así, a Catalunya llegarán unos 3.000 millones siempre y cuando las compañías en cuestión lo soliciten porque, efectivamente, alrededor de un 25% de las exportaciones que llegan a Estados Unidos desde el territorio español corresponden a empresas catalanas, según los datos que manejan tanto en Junts como en el Gobierno. "Será Illa quien tendrá que preocuparse de que las empresas catalanas reciben lo que les toca", se han esmerado en subrayar los posconvergentes. Pero como no se fían de que lo haga, han incluido en el pacto las comparecencias del ministro.
Críticas desde ERC
Así, el grupo que lidera Míriam Nogueras en Madrid ha utilizado esta semana a Pedro Sánchez y el peso específico que tiene dentro de la mayoría de investidura para hacer oposición directa a Illa. No obstante, más allá de reivindicarse como una formación que vela más por Catalunya que su propio president, también ha buscado sumarse un tanto más en su particular confrontación constante con Esquerra Republicana de Catalunya (ERC).
Conscientes de ello, los republicanos han salido al paso del pacto de Junts con el Gobierno que los posconvergentes han vendido como beneficioso para Catalunya para tacharlo de "humo". Así lo dijo Gabriel Rufián, su portavoz parlamentario, desde la tribuna del Congreso. En las filas de ERC existe la sensación de que muchas veces Junts logra colocar en Catalunya el marco de que mientras que los republicanos están en Madrid para hacer seguidismo al Gobierno, ellos logran prebendas para su territorio, algo que ERC rechaza pro completo. Rufián enmarca este acuerdo PSOE-Junts en ese relato.
Está por ver, en cualquier caso, cómo de caro le sale a Sánchez haber negociado con Junts mientras lo hacía con el PP y dando a los de Puigdemont prioridad sobre otros aliados. El PP, sin ir más lejos, hizo un amago de levantarse de la mesa de negociación del decreto antiaranceles cuando se conoció el pacto entre el Gobierno y los posconvergentes, aunque, más tarde, Juan Bravo, vicesecretario de Economía de los populares e interlocutor en estas negociaciones del ministro de Economía, Carlos Cuerpo, dio marcha atrás y volvió a "tender la mano", en esas palabras. De todos modos, avisó de que el acuerdo firmado con Junts complica en alguna medida las cosas.
Si no es con el PP, el Ejecutivo tendrá que tirar de la mayoría de investidura para que convalide el decreto, una votación que se llevará a cabo en el Congreso a finales de abril. Podemos ya ha advertido de que sus votos no están asegurados.
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